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07 May '16 0
¿Y por qué no lo arreglamos?
Lo que en líneas generales podría resultar una pregunta sencilla, engloba en el caso de los proyectos de mejora del entorno, una apuesta por un cambio en la forma en la que nuestros jóvenes, el futuro de la sociedad, se enfrentan a los problemas del día del día. Una pregunta tan simple marca la diferencia entre comunidades que observan sus problemas desde una perspectiva de distancia, a comunidades que toman las riendas de los problemas de su entorno para tratar de arreglarlos; Y lo hacen, además, de la mano de la ciencia.
Cada uno de los proyectos con los que contamos en ‘[Andalucía], mejor con Ciencia’ es un ejemplo de cómo podemos conseguir que los aprendizajes de la escuela encuentren un contexto social donde tomar forma, donde volverse verdaderamente significativos. Es lo que se conoce como Aprendizaje-Servicio y, ciertamente, está suponiendo un cambio en las comunidades que se han lanzado, de la mano de los centros escolares, a impulsar y/o participar en iniciativas de este tipo.
Grandes ejemplos de esta aplicación y divulgación de la importancia de la ciencia están siendo cada uno de los ocho proyectos con los que ya contamos. Comunidades como las granadinas Atarfe, El Padul, Pinos Puente y Albolote, que están mejorando la accesibilidad y la biodiversidad de sus ciudades, que están tratando de poner freno a la contaminación acústica que los rodea, que luchan por dar a conocer sus aves como un patrimonio natural irrenunciable y que se implican para que la población ponga en marcha hábitos de vida saludables. Comunidades también como la Cordobesa de Cabra, que no se resignan a tener un río contaminado y repleto de especies vegetales invasoras.
Pero, ¿qué tienen en común estos proyectos que, en principio pueden parecer completamente diferentes? Pues, fundamentalmente, dos cosas: en primer lugar, todos consiguen vincular el conocimiento y el aprendizaje con el contexto más inmediato; Y, en segundo lugar, la ciencia es claramente protagonista de cada una de las mejoras que estas comunidades consiguen llevar a cabo en sus ciudades.
Oír hablar de competencias en la escuela puede sonar a “más de lo mismo” pero si miramos de cerca estos proyectos nos daremos cuenta que formar un alumnado competente, que no sólo sepa, sino que sepa hacer y, sobre todo, que sepa ser, es lo que persiguen todas estas comunidades unidas bajo un mismo propósito… ¿Y por qué no lo arreglamos? ¡¡¡Bravo por ellas!!!!
José Manuel Poquet. Coordinador ‘[Andalucía], mejor con Ciencia’