Esta vez nos centraremos en los efectos producidos por la anterior investigación, así como en la reacción de alumnos de todas las edades de nuestro colegio al ver el pulmón. 

Para ello cogimos el pulmón que no había fumado y el pulmón que tras la experimentación se había fumado 150 cigarrillos (7 cajetillas) y lo pusimos uno junto al otro.

Entrábamos en las clases desde 5º de primaria hasta 2º de Bachillerato y fuimos explicando el proceso de como hicimos el experimento con el pulmón, mientras otros compañeros acercaban la bandeja a los alumnos para que pudieran verlo por si mismo de cerca. 

Las reacciones de los más pequeños eran de asco no solo por el hecho de ver un pulmón sino por el aspecto del pulmón intoxicado, del mal aspecto que este presentaba y de un olor desagradable.

Las reacciones de los más mayores eran diferentes, eran reacciones de respeto ante lo que estaban viendo, pero a la misma vez un rechazo por parte de los fumadores que seguían escépticos de que sus pulmones pudieran estar así.                    

Más tarde vino un médico que amablemente se ofreció a colaborar con nuestro proyecto, su nombre es Gema Armenta y ha estado asesorandonos desde nuestros primeros pasos. 

La doctora diseccionó ambos pulmones con ayuda de algunos alumnos y pudimos ver el daño y los efectos que tan solo 7 cajas de cigarros habían ocasionado,  cogimos varias muestras del pulmón sano y del enfermo y hemos enviado las pruebas de ambos pulmones para analizarlo en el laboratorio, estamos esperando ansiosos recibir los resultados. 

Fue un día pleno en el cual obtuvimos claramente los resultados deseados, concienciar a los más pequeños, para que no inicien sus pasos hacia este vicio que sin duda nada tiene que aportarnos.