A lo largo de estos meses hemos llevado a cabo diversos experimentos para comprobar si los productos que utilizamos en nuestros hogares resultan perjudiciales para el medio ambiente. Tras los trabajos en el laboratorio tuvimos reuniones con los investigadores que asesoran este proyecto para ir discutiendo nuestros resultados e ir extrayendo las conclusiones oportunas.

Los resultados preliminares los presentamos en el congreso Andalucía Mejor con Ciencia, celebrado el pasado 23 de marzo en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada.

La mayoría de los productos que utilizamos en nuestras casas para la limpieza o el cuidado personal tienen efectos negativos sobre los seres vivos y el medio ambiente. Lo hemos demostrado tanto a nivel de la germinación de las semillas como a nivel del crecimiento y desarrollo de las plantas. Los productos más tóxicos han resultado ser los antigrasas, antical, detergentes, alcohol y lavavajillas. La lejía no afectó significativamente a la germinación de las lentejas, como tampoco lo hizo el suavizante.

Resultados similares se observaron en los experimentos de crecimiento de plantas. Todos los tratamientos afectaron al crecimiento de los tallos y al peso de las plantitas. Las raíces, aunque también se afectaron, mostraron menos variación.

La capacidad de las plantas de llevar a cabo la fotosíntesis también se vio afectada. En los tratamientos ensayados se observó una menor concentración de clorofila en las hojas de las plantas utilizadas y una menor capacidad de responder ante especies reactivas del oxígeno como el agua oxigenada.

En la actualidad trabajamos en la elaboración de un artículo con los resultados y conclusiones que será publicado en la revista “High School Students for Agricultural Science Research” Vol. 7, editada por la Estación Experimental del Zaidín.

Otro aspecto importante del proyecto ha sido la difusión del mismo en las familias y el entorno social del alumnado. En este sentido los jóvenes han llevado a cabo experimentos similares en presencia de sus familias, con los que han compartido el análisis de los resultados. Los experimentos realizados en los hogares han confirmado lo observado en el instituto. Y también han realizado sencillos anuncios para concienciar a las personas de su entorno de la necesidad de usar con moderación los productos ensayados para evitar dañar al medio ambiente.